PORTAFOLIO
TURISMO
La ciudad de Bacalar cumplé XVI siglos, (1,600 años), de vida el 16 de julio de 2015, pues fue fundada en esa fecha, pero del año 415 de la era cristiana, según lo señala la cuenta maya 9.0.0.0.0, que marca la llegada de los Itzáes a Bacalar. Éstos eran hombres profundamente religiosos. Los Mayas Itzáes proceden del tronco racial olmeca y son originarios del Petén Itzá, Guatemala, una región llena de pantanos, selvas y sabanas, con lagos y pastizales de tipo tropical, quienes lo instauran poniéndole por nombre SIYAN KAN BAK’JALAL que significa “El famoso carrizal”.
Los españoles se asomaron a Bacalar por primera vez en 1531, y percibieron que no era fácil su conquista; regresaron en 1544. A mediados de ese año, entre cadáveres y escombros de la antigua SIYAN KAN BAK’JALAL fundan Villa de Salamanca de Bacalar nombre que le impone Melchor Pacheco en recuerdo del lugar donde nació Francisco de Montejo, el conquistador de Yucatán. A la llegada de los españoles Bacalar contaba con 10 mil habitantes; población que vivía del comercio y la construcción de canoas en las que eran diestros, pues sus bosques estaban llenos de árboles corpulentos de caobas, cedros, pich y siricotes propios para la elaboración de canoas para la navegación, de 12 a 15 metros de eslora (de largo) y 2.4 metros de ancho, que podían transportar cómodamente 25 personas adultas.
Su comercio lo realizaban siguiendo la Ruta Comercial de los Putunes que partía de la Laguna de Términos, bordeando la península de Yucatán con paso obligado en Bacalar y de allí se continuaba hasta Honduras donde había grandes ciudades que necesitaban del comercio. Muy cerca de la laguna de términos se encontraba Xicalango, un bullicioso puerto donde residía una comunidad internacional y se hablaban infinidad de lenguas como en la Babel bíblica; lugar donde convergían todas las rutas comerciales marítimas y terrestres donde se surtían los POCHTECAS venidos del centro de México y los P’OLOMO’OB de la región maya. Llevaban sal a Xicalango, el artículo más valioso extraído de las costas yucatecas; pescado seco; objetos de pedernal, cerámica, objetos de madera, caracolas, telas de algodón, pieles de animales, copal, cera y miel de abejas muy apreciada por la falta de azúcar; maíz, frijol, frijolón (Canavalia ensiformis DC Leguminosa), compañero de la civilización maya; calabaza, balche’ (cáscara), venado ahumado; plumas de loro y tucán, mantos de plumas, escudos y canoas. De regreso de Honduras traían cacao, alumbre, cochinilla, oro recogido en los arroyos, cobre, plumas de quetzal – que se arrancaban a los animales vivos - ; metates para moler maíz, pecheches o malacates para hilar el algodón, obsidiana para fabricar navajas y, sobre todo, JADE, que era divisa y pasión de los mayas, símbolo de riqueza y connotación religiosa.
Bacalar, además de ser un puerto importante donde se concentraba mercancía para distribuirla al mundo maya, era el lugar por donde pasaba un SAKBE denominado BEL ITZA’ (camino de los itzáes), que posiblemente haya sido el que le dio el nombre al país de Belice. Por él se iba en peregrinación a dos centros de la religiosidad maya: Izamal y Chichén Itzá. Al primero se iba durante la aparición de epidemias, para ser curado por K’inich K’aak’ Mo’ (guacamaya de Fuego del Rostro Solar) y a Chichén Itzá (boca de pozo de los Itzáes) se iba a pedir buenas cosechas a Yum Cháak, señor de la lluvia, dios del pan y de las milpas. Es posible que en Bacalar se adorara a Ek’ Chuaj, Señor Negro de la Guerra, del comercio, de la siembra de cacao, de los viajeros, de los sacrificios humanos y de la muerte violenta. La ruta partía de Altar de Sacrificios, centro arqueológico maya de Guatemala ubicado entre los ríos Chixoy y de la Pasión, que dan origen al río Usumacinta; el camino seguía por Ceibal, donde existen figuras humanas totalmente de frente, únicas en su género y Tayasal, lugar de residencia de los astrónomos elaboradores de los calendarios, último reducto de la población maya Itzá masacrada en 1697 por órdenes de los españoles. El camino seguía por Tik’al, la ciudad más antigua de la civilización maya con 40 mil habitantes. Continuaba por Uaxactún lleno de pirámides truncadas como las de Sakkara en Egipto, o la de Teotihuacán en el Valle de México; Tipú situado en el margen oriental del río Belice; Lamanay, Chetumal, Xulhá, Bacalar, Chichén Itzá e Izamal que llegó a ser uno de los tres centros religiosos prehispánicos más importantes de Mesoamérica, junto con Cholula y Teotihuacán. Rastros de este camino se conservan en la carretera que va de Bacalar al kilómetro 19, rumbo a Escárcega. No obstante, no se han encontrado evidencias de que Bacalar tuviera adoratorios mayas, pero es muy probable, aun cuando los rastros hayan sido destruidos, se sabe que durante la colonia el Fuerte de San Felipe y la muralla que circundó 24 manzanas del actual poblado y un sinnúmero de túneles que partían de dicho fuerte y llegaban a la iglesia de San Joaquín y a construcciones importantes, fueron construidas con las piedras de edificaciones prehispánicas.
Luego la molienda de piedras de las trituradoras que no respetaron las piedras si eran labradas o no a partir de 1960, contribuyeron a la destrucción del legado histórico. Durante el siglo XVII, Bacalar fue punto intermedio de descanso y abastecimiento de la ruta hacia Guatemala y Honduras y un puesto de cabotaje por donde entraban y salían grandes cantidades de mercancías procedentes de Kingston, Nassau y la Habana; fue tal el auge que se le llamó a Bacalar “La Babilonia de América”. Por todas estas razones durante el siglo XVII, Villa de Salamanca despertó la codicia de los piratas provenientes de las islas caribeñas. La piratería surgió como resultado de los conflictos entre Inglaterra y España. La primera que dominaba los mares, obtuvo muchos beneficios de la piratería. Fue para los ingleses un acto de rebeldía, tal como lo fue para otros países protestantes que no aceptaban la autoridad del Papa. A finales del siglo XVIII también los estadounidenses participaron de esta actividad. Hago notar que pirata, bucanero, corsario y filibustero son las distintas maneras de llamar a los que se dedican al asalto en alta mar, tráfico de negros, secuestro, saqueo de poblaciones y templos católicos, contrabando e incluso adjudicación de terrenos para descansar y explotar el palo de tinte o maderas preciosas. Tal fue el caso en el hoy Belice que, originalmente formó parte de la región de Bacalar, pero su despoblamiento ofreció las condiciones para la creación de una colonia de piratas que, años después, sería reclamada como población inglesa. Los piratas asaltaron Bacalar durante 10 años (de 1642 a 1652): asesinaron a su población, saquearon sus templos, quemaron sus casas e hicieron que Yucatán borraron del catálogo de sus ciudades a la Villa de Salamanca de Bacalar. Viene luego la GUERRA DE CASTAS, una lucha de emancipación en donde se enfrentaron los Ts’ules de raza blanca, de sangre hispana con los indios mayas huites.
Un movimiento popular, el más violento que registra nuestra historia y que no tiene paragón, engendrado por el odio y los rencores acumulados durante la colonia. Surge aquí en Bacalar el Viernes Santo de 1948 y fue causa de que el poblado volviera a quedar desierto. Hasta que en 1901 resurgiera con el auxilio del gobierno central. Desde entonces Bacalar empieza una nueva vida, llena de tranquilidad, sólo interrumpida por los ciclones que cada año surgen; algunos de gran intensidad que obligan a construir, cada vez, viviendas más sólidas. A pesar de todos estos problemas, Bacalar ha sido escogido por los refugiados guatemaltecos el 11 de Julio de 1984, que en grupo de 6 795, llegaron pidiendo asilo por no haber condiciones en sus lugares de origen. Quintana Roo los aceptó porque recordó su historia, que aquí en Bacalar llegaron los Itzáes, que son de la misma raza, son nuestros hermanos. Esto se comprueba con los centros arqueológicos ubicados al occidente de Bacalar: Dzibanché (escrito sobre madera), El Resbalón, El Suspiro, Ich Kabal (entre tierras bajas), que está por entregarnos sus secretos., K’inichna (casa del rostro solar) y Mario Ancona, el más importante por su extensión y magnitud de sus construcciones. La comunidad Menonita (Salamanca de Bacalar), el 15 de Diciembre del 2003, también quiso asentarse en nuestras tierras, y lo hizo en 5,000 hectáreas que compraron al ejido Bacalar. Fueron 527 habitantes integrados en 80 familias, muy trabajadores e industriosos, conservan su idioma el holandés o neerlandés, son protestantes y viven bajo sus tradiciones y costumbres. Sólo dos asuntos importantes me faltan por asentar: que el 27 de Junio del 2007, al poblado de Bacalar se le dio el título de Ciudad por el Gobierno del Estado encabezado por el Lic. Félix Arturo González Canto. El otro acto es el de agradecimiento a la Secretaría de Turismo, porque el 2 de Octubre del 2006 le otorgó a Bacalar el título de PUEBLO MAGICO, por ser una ciudad que cuenta con extenso patrimonio histórico y cultural, belleza ecológica y atributos simbólicos como leyendas y hechos trascendentes. Actualmente Bacalar es el Municipio más joven del Estado de Quintana Roo obteniendo el nombramiento el 17 de febrero del año 2011 mediante decreto No. 421 otorgado por la XII Legislatura del H. Congreso del Estado, gobernado bajo un Concejo Municipal con cabecera en la Ciudad de Bacalar a cargo del Lcdo. Francisco Alberto Flota Medrano, quedando conformado por 57 comunidades rurales.